EL ASCENSO DE LOS DISEÑADORES ESTADOUNIDENSES

EL ASCENSO DE LOS DISEÑADORES ESTADOUNIDENSES


Aunque París es la capital eterna de la moda, a finales de los años treinta la moda dejó de estar dominada por los creadores franceses y se convirtió en un negocio de dimensión internacional.

En 1933, los grandes almacenes neoyorquinos Lord and Taylor empezaron a promocionar a los diseñadores estadounidenses , encargando a ELIZABETH HAWES, y a MURIEL KING, el diseño de colecciones de pret-a-porter. En 1938 Vogue publicó el primer número anual consagrado a la actualidad norteamericana.
La siguiente oportunidad llegó con la segunda II Guerra Mundial cuando cerraron las casas de moda francesa. Los editores dee las revistas de Estados Unidos, al no poder desplazarse a París, por razones financieras, para asistir a los desfiles de la alta costura, empezaron a interesarse cada vez más por el trabajo de los creadores de su país. Los grandes nombres de está época son CLAIRE McCARDELL,- quién invento el concepto de sportswear  americano, basado en coordinados elegantes y fáciles de llevar-,NORMAN NORELL,, MAINBOCHER, Y CHARLES JAMES.

A pesar de que los diseñadores estaban en los Ángeles- donde James Galanos y Rudi Gernreich abrieron sus talleres en los cincuentas y en Chicago, Nueva York se convirtió  en la capital americana de la moda. La ciudad donde se fabricaban la mayor parte de las prendas escogía las redacciones de las revistas de moda.

El GLAMOUR no era una de las características primeras de la escena de la moda en Estados Unidos. Bill Blass cambiaria las cosas. En 1946, cuando regresó de la guerra , se introdujo en el mundo de la moda trabajando como diseñador en Maurice Renther.
Blass frecuentaba el selecto ambiente de la posguerra, moviéndose por los clubes nocturnos de Nueva York, como El Morocco , Blue Angel o 1-2-3. Un amigo le presentó a Diana Vreeland, la legendaria editora del Vogue americano. Blass empezó a codearse con modelos y editoras de moda, quienes comenzaron a llevar sus modelos. Pronto fueron imitadas por muchas neoyorquinas, y Blass se convirtió en un creador muy solicitado.

Como Chanel, Blass supo utilizar su imagen para promover sus creaciones.